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Como especialista en ginecología oncológica en Chiclayo, me dedico a la prevención, diagnóstico, tratamiento y seguimiento de los cánceres que afectan al aparato reproductor femenino, como el cáncer de cuello uterino, útero (endometrio), ovarios, vagina y vulva.
Estoy capacitado para realizar cirugías especializadas y coordinar tratamientos complementarios como quimioterapia, radioterapia e inmunoterapia. Mi enfoque es integral y personalizado, brindando atención médica de alta calidad con compromiso humano en cada etapa del proceso.
Cáncer de cuello uterino: asociado al virus del papiloma humano (VPH)
Cáncer de endometrio: más común en mujeres postmenopáusicas
Cáncer de ovario: suele diagnosticarse en etapas avanzadas por la falta de síntomas tempranos
Cáncer de vulva y vagina: menos frecuentes, pero con impacto significativo en la calidad de vida
La detección temprana mediante exámenes como el Papanicolaou, test de VPH y estudios de imagen es clave para mejorar el pronóstico y la supervivencia.
Las lesiones premalignas del cuello uterino, también conocidas como neoplasias intraepiteliales cervicales (NIC), son alteraciones celulares que afectan el epitelio del cuello uterino y pueden progresar a cáncer si no se detectan y tratan a tiempo. Estas lesiones están asociadas principalmente a la infección persistente por el virus del papiloma humano (VPH) de alto riesgo.
Se clasifican en tres grados según la severidad del cambio celular:
Afecta solo la capa más superficial del epitelio cervical.
Suele desaparecer espontáneamente, especialmente en mujeres jóvenes. Se recomienda seguimiento y control periódico.
Involucra capas más profundas del epitelio.
Tiene mayor riesgo de progresión, por lo que puede requerir tratamiento para eliminar el tejido alterado, además de seguimiento estrecho.
Compromete casi la totalidad del epitelio.
Se considera una lesión precancerosa avanzada y requiere tratamiento inmediato para evitar la progresión a cáncer invasivo.
Estas lesiones se detectan mediante el Papanicolaou, el test de VPH, la colposcopia y, si es necesario, una biopsia cervical.
Dependerá del tipo de lesión, la edad de la paciente y si desea tener hijos. Puede incluir vigilancia activa, crioterapia, tratamiento con láser o procedimientos como LEEP (escisión electroquirúrgica) o conización.
Importante: La detección temprana salva vidas. Te ofrezco un manejo especializado y personalizado para el diagnóstico y tratamiento de lesiones premalignas del cuello uterino, con tecnología avanzada y acompañamiento integral.
Las lesiones premalignas de la vagina, conocidas como Neoplasia Intraepitelial Vaginal (VAIN, por sus siglas en inglés), son alteraciones en las células del revestimiento vaginal que pueden evolucionar hacia un cáncer invasivo si no se detectan y tratan oportunamente. Aunque son menos frecuentes que las lesiones cervicales, su seguimiento es igualmente importante.
Estas lesiones están estrechamente asociadas a la infección persistente por el Virus del Papiloma Humano (VPH), especialmente los tipos de alto riesgo.
▸ VAIN 1 (Leve):
Afecta la capa superficial del epitelio vaginal.
En muchos casos desaparece de forma espontánea, sobre todo en mujeres jóvenes. Se indica vigilancia periódica.
▸ VAIN 2 (Moderada):
Compromete capas más profundas del epitelio.
Tiene mayor potencial de progresión, por lo que suele requerir tratamiento dirigido.
▸ VAIN 3 (Severa):
Compromete casi todo el espesor del epitelio vaginal.
Considerada una lesión premaligna de alto grado que requiere tratamiento inmediato para prevenir el desarrollo de cáncer vaginal.
Se realiza mediante colposcopia vaginal, citología vaginal, biopsia dirigida y pruebas para VPH. Estas lesiones a menudo se detectan en mujeres que han tenido una histerectomía por lesiones cervicales o presentan infección persistente por VPH.
Las lesiones premalignas de la vulva, conocidas como Neoplasia Intraepitelial Vulvar (VIN), son alteraciones celulares en la piel de la vulva que pueden evolucionar hacia cáncer de vulva si no se diagnostican y tratan adecuadamente. Estas lesiones están fuertemente relacionadas con la infección persistente por el Virus del Papiloma Humano (VPH), especialmente en mujeres jóvenes, aunque también pueden aparecer en mujeres mayores sin relación directa con el VPH.
▸ VIN 1 (Leve):
Afecta solo las capas más superficiales del epitelio vulvar.
Con frecuencia regresa espontáneamente, especialmente en mujeres jóvenes. Requiere vigilancia ginecológica regular.
▸ VIN 2 (Moderada):
Abarca capas más profundas del epitelio.
Tiene mayor riesgo de progresar si no se trata.
▸ VIN 3 (Severa):
Compromete casi todo el espesor del epitelio vulvar.
Considerada una lesión premaligna de alto grado. Requiere tratamiento inmediato para evitar el desarrollo de cáncer invasivo.
Picazón vulvar persistente
Dolor, ardor o sensibilidad
Cambios en el color o textura de la piel vulvar
Lesiones visibles (blancas, rojas o pigmentadas)
El cáncer de cuello uterino es una enfermedad maligna que se desarrolla en las células del cuello uterino, la parte inferior del útero que conecta con la vagina. Es uno de los cánceres ginecológicos más comunes, especialmente en mujeres entre los 30 y 50 años, aunque puede prevenirse y detectarse a tiempo mediante controles ginecológicos regulares.
Su causa principal es la infección persistente por el Virus del Papiloma Humano (VPH), especialmente los tipos de alto riesgo (como el VPH 16 y 18).
Sangrado vaginal anormal (después de relaciones sexuales, entre menstruaciones o tras la menopausia)
Flujo vaginal abundante o con mal olor
Dolor pélvico o durante las relaciones sexuales
En etapas avanzadas: dolor lumbar, pérdida de peso o dificultad para orinar
Se detecta mediante exámenes como el Papanicolaou, la prueba de VPH, colposcopia y biopsia. La detección temprana puede identificar lesiones precancerosas antes de que se conviertan en cáncer.
Dependerá del estadio del cáncer e incluye cirugía, radioterapia, quimioterapia o una combinación de estos. En etapas iniciales, el pronóstico es excelente con un tratamiento adecuado.
El cáncer de ovario es una enfermedad maligna que se origina en los ovarios, las glándulas responsables de producir óvulos y hormonas femeninas. Es uno de los cánceres ginecológicos más agresivos debido a que, en muchos casos, se detecta en etapas avanzadas, ya que sus síntomas suelen ser vagos o confundidos con otras molestias abdominales.
Edad mayor de 50 años
Antecedentes familiares de cáncer de ovario, mama o colon
Mutaciones genéticas (como BRCA1 y BRCA2)
Menopausia tardía o no haber tenido hijos
Terapias hormonales prolongadas
Distensión o hinchazón abdominal persistente
Dolor pélvico o abdominal
Sensación de llenura rápida al comer
Cambios urinarios (urgencia o aumento de la frecuencia)
Fatiga, pérdida de peso o cambios intestinales
Incluye exámenes de imagen como ecografía transvaginal, tomografía y resonancia magnética, así como análisis de sangre como el marcador tumoral CA-125. El diagnóstico definitivo se confirma con cirugía y análisis histopatológico.
El cáncer de endometrio es un tipo de cáncer que se origina en el revestimiento interno del útero, llamado endometrio. Es el cáncer ginecológico más frecuente en mujeres postmenopáusicas, aunque también puede presentarse antes de la menopausia, especialmente en mujeres con ciertos factores de riesgo.
Menopausia tardía
Obesidad
Diabetes
Hipertensión
Terapia hormonal con estrógenos sin oposición de progesterona
Síndrome de ovario poliquístico (SOP)
Historia familiar de cáncer de endometrio o colon (síndrome de Lynch)
Sangrado uterino anormal, especialmente después de la menopausia
Otros posibles síntomas incluyen dolor pélvico, flujo vaginal inusual o dolor durante las relaciones sexuales.
Se realiza mediante ecografía transvaginal, biopsia endometrial, histeroscopía y estudios de imagen para evaluar la extensión de la enfermedad.
El tratamiento depende del estadio del cáncer y puede incluir:
Cirugía (histerectomía con o sin retiro de ovarios y ganglios)
Radioterapia
Quimioterapia
Terapias hormonales, en casos seleccionados
El cáncer de útero es una enfermedad maligna que afecta al órgano reproductor femenino donde se desarrolla el embarazo. Aunque a veces se usa como sinónimo de cáncer de endometrio, este término también puede referirse a otros tipos de cáncer que afectan diferentes estructuras del útero, como el miometrio (cáncer del músculo uterino o sarcoma uterino).
Cáncer de endometrio: el más común, comienza en el revestimiento interno del útero.
Sarcoma uterino: menos frecuente pero más agresivo, se origina en el músculo uterino o en el tejido conectivo del útero.
Edad mayor de 50 años
Menopausia tardía o menarquia temprana
Obesidad
Terapia hormonal con estrógenos sin progesterona
Diabetes e hipertensión
Antecedentes familiares de cáncer uterino o síndrome de Lynch
Sangrado uterino anormal, especialmente en mujeres postmenopáusicas
Flujo vaginal acuoso o con mal olor
Dolor pélvico o sensación de masa en el abdomen
Fatiga o pérdida de peso inexplicada (en etapas avanzadas)
Incluye ecografía transvaginal, biopsia endometrial, histeroscopía y estudios de imagen como tomografía o resonancia magnética para evaluar la extensión.
El cáncer de vulva es un tipo poco frecuente de cáncer ginecológico que se origina en los tejidos de la vulva, la parte externa de los genitales femeninos. Aunque representa una pequeña proporción de los cánceres ginecológicos, su impacto puede ser significativo si no se detecta a tiempo.
Este tipo de cáncer afecta con mayor frecuencia a mujeres mayores de 60 años, aunque también puede aparecer en mujeres más jóvenes, especialmente aquellas con infección persistente por el Virus del Papiloma Humano (VPH).
Infección crónica por VPH de alto riesgo
Historia de neoplasia intraepitelial vulvar (VIN)
Tabaquismo
Inmunosupresión
Enfermedades vulvares crónicas como el líquen escleroso
Picazón vulvar persistente
Dolor o ardor en la vulva
Lesiones visibles, como bultos, úlceras o áreas blanquecinas o rojizas
Sangrado o secreción anormal
Cambios en la piel de la vulva (engrosamiento, pigmentación o rugosidad)
El diagnóstico se basa en el examen ginecológico detallado, colposcopia de vulva y biopsia de la lesión. La detección temprana mejora considerablemente el pronóstico y permite tratamientos menos agresivos.
Dependerá del tipo, tamaño y extensión del cáncer. Puede incluir:
Cirugía (desde escisiones locales hasta vulvectomía total, en casos avanzados)
Radioterapia
Quimioterapia en situaciones específicas
Seguimiento estrecho para prevenir recurrencias
El cáncer de vagina es un tipo poco común de cáncer ginecológico que se desarrolla en los tejidos de la vagina, el canal muscular que conecta el cuello uterino con la vulva. Representa menos del 2% de los cánceres ginecológicos, pero requiere un diagnóstico y tratamiento especializado debido a su ubicación y evolución silenciosa.
Este cáncer se presenta con mayor frecuencia en mujeres mayores de 60 años, aunque puede afectar a mujeres más jóvenes, especialmente en casos asociados a infección persistente por el Virus del Papiloma Humano (VPH).
Infección por VPH de alto riesgo
Historia previa de neoplasias intraepiteliales vaginales (VAIN)
Cáncer de cuello uterino o tratamiento previo con radioterapia pélvica
Tabaquismo
Inmunosupresión
Sangrado vaginal anormal, especialmente después de las relaciones sexuales o la menopausia
Secreción vaginal persistente o con mal olor
Dolor pélvico o vaginal
Masa palpable en la vagina
Dolor al orinar o durante las relaciones sexuales
Incluye examen ginecológico, colposcopia vaginal, biopsia de lesiones sospechosas, y estudios de imagen como resonancia magnética o tomografía para determinar la extensión.
Depende del tipo, tamaño y localización del tumor. Puede incluir:
Cirugía (resección local o exenteración pélvica en casos avanzados)
Radioterapia externa o braquiterapia
Quimioterapia, en casos seleccionados o como complemento a la radioterapia
La Neoplasia Trofoblástica Gestacional (NTG) es un grupo poco frecuente de enfermedades originadas a partir del tejido trofoblástico, que es el encargado de formar la placenta durante el embarazo. Esta neoplasia surge cuando las células que normalmente formarían la placenta crecen de manera anormal y, en algunos casos, pueden ser malignas.
Las NTG pueden desarrollarse después de un embarazo molar (mola hidatiforme), un aborto espontáneo, un embarazo ectópico o un embarazo a término.
Mola invasora: forma benigna pero localmente agresiva que invade el útero
Coriocarcinoma: forma maligna altamente agresiva con capacidad de diseminación
Tumor del sitio placentario (PSTT) y tumor epitelioide trofoblástico (ETT): raros, con comportamiento variable
Sangrado uterino anormal después de un embarazo reciente
Aumento exagerado del tamaño uterino
Dolor pélvico
Náuseas intensas o vómitos persistentes
En casos avanzados: síntomas respiratorios, hepáticos o neurológicos por metástasis
Medición de hormona hCG en sangre (niveles persistentemente elevados o en aumento)
Ecografía transvaginal para visualizar masas intrauterinas
Estudios de imagen (tomografía, resonancia) si se sospecha diseminación
Especialista en ginecología general.
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